Antes de nada, deciros que es lo que NO se puede poner:
- Si tenéis fiebre, pérdida de sensibilidad o una herida en la zona, NINGUNO DE LOS DOS.
- En caso de padecer: varices, flebitis, artritis u otros procesos inflamatorios, NO SE PUEDE PONER CALOR, porque puede empeorarlos.
Aclarado esto, voy a contaros cuándo y cómo aplicar cada uno de ellos, aunque mi consejo estrella os espera al final.
FRÍO
Durante las primeras 48 horas de un golpe, esguince, pequeña rotura de
fibras... Si pasado este tiempo seguimos notando la zona hinchada o caliente,
continuaremos poniéndolo.
Si no tenemos en casa una bolsa de gel frío (cold-pack), podemos usar una bolsa con
cubitos de hielo o de guisantes congelados. Esta bolsa que os comentaba es muy
práctica, yo la tengo siempre metida en el congelador, el gel que lleva se
enfría mucho pero no se llega a congelar, así se amolda muy bien a la zona donde
la tengamos que aplicar.
Recordaros que el frío quema, por lo que se debe de colocar un paño fino entre la bolsa y la piel y aplicarlo 15 minutos cada 4 horas, durante el día, la noche es para dormir.
CALOR
Lo aplicaremos pasada la fase aguda y si la dolencia ya es crónica:
contracturas antiguas, dolor de cuello o espalda, artrosis…
Os recomiendo mejor el calor “seco suave” tipo manta eléctrica, si
tiene 4 posiciones al 2 o las bolsas de semillas, con 20 minutos es suficiente, a partir de ese tiempo
el efecto no va a ser mayor y repetirlo cada 4 horas, durante el día.
Mi consejo estrella
La mayoría de las dolencias responden fenomenal a la
Terapia de Contraste:
- Primero 15 minutos de frío.
- A continuación 20 minutos de calor.
- Aplicar una crema antiinflamatoria.
- Repetir cada 4 horas durante el día.
Respetando siempre las dos premisas del principio.
Si
alguien lo prueba, no dudéis en contarme que tal os ha ido.
Fátima
No hay comentarios:
Publicar un comentario